Más allá de la Travesía Sagrada Maya
Hablar de la Travesía Sagrada Maya es hablar de uno de los eventos más emocionantes de los que Xcaret es testigo. La primera vez que me enteré de que existía este evento, recuerdo que me sorprendió no solamente la fuerza de voluntad de los canoeros, sino el compromiso de equipo durante los seis meses de entrenamiento: esas 10 personas que van remando contigo en la canoa, en realidad te acompañan a lo largo de tu propia travesía personal.
La Travesía Sagrada Maya es más que el reto de agarrar un remo y subirse a una canoa. Lo realmente maravilloso es toda la historia que existe detrás. Para empezar se trata de revivir una tradición con más de 500 años de antigüedad. Para los mayas el mar y la navegación era de gran importancia. No solamente utilizaban el mar como una fuente de alimentación y transporte gracias a sus rutas comerciales, sino que el mar tenía un significado muy importante pues era considerado como uno de los accesos al inframundo (conocido como Xibalbá), por lo que la travesía es más bien una transición al más allá.
Dentro de cada canoa van 10 remeros y cada uno de ellos, además de tener una función clave a lo largo de la travesía, también se complementa entre sí formando un equipo sólido que en conjunto logrará concluir la travesía para regresar con el mensaje del Oraculo de la Diosa Ixchel
El proel es el encargado de marcar el ritmo. Era representado por la el jaguar que representaba el equilibrio.
Los canoeros que se ubicaban como segundo proel representaban la creatividad y la vitalidad del sol.
Los canoeros ubicados en el centro superior representaban la paz y eran representados como pericos, que con sus bellos plumajes eran dignos acompañantes del dios del maíz.
Los canoeros que remaban en el centro de la canoa eran los portadores de la armonía y la esperanza y representaban al dios del maíz, como la energía que alimenta a la voluntad de los canoeros.
En la cuarta bancada se ubicaban los remeros que aportaban la sabiduría y estaban representados al mono, que con la gracia de sus movimientos y junto con los pericos, acompañaban al dios del maíz.
Los segundos timoneles representaban la entrega y la amistad y eran representados por la iguana.
El timonel, que va en la parte posterior de la canoa, es el encargado de marcar el rumbo. Es quien transmite la seguridad, confianza y protección a los demás remeros y el jaguar también es el animal que lo representaba.
Sigue de cerca la historia de los canoeros que remarán rumbo a Cozumel con el hashtag #TravesíaSagradaMaya y escríbeles para compartirles tus buenos deseos.